A veces nos preguntamos
por qué tienen que ocurrir ciertas cosas. A
veces nos vemos desbordados por los acontecimientos. En las últimas
semanas ciertamente me lo he preguntado bastante a menudo al verme en una
vorágine que no estaba en mis planes.
Una de mis más queridas
amigas, una mujer joven de unos 40 años, tiene cáncer y parece que está ya en
la última fase. Eso ya de por sí es un acontecimiento impactante por
dondequiera que lo miremos. Las cosas se complican cuando, tras meses de buscar
un nuevo hogar para las dos perritas que ella rescató hace algún tiempo, la
búsqueda no dio frutos.
¡Feliz descanso! |
Ahora, bajo las
circunstancias actuales, se había hecho urgente encontrarles una nueva
familia. Sólo surgió una oferta pero la
señora ya tenía cuatro perros más y una de las hembras tuvo un ataque de
histeria cuando llegaron las "intrusas". Más tarde nos dimos cuenta de por qué.
Ante esta situación no
quedaba más remedio que traerlas a casa porque mi amiga ya no está en
condiciones de cuidar de ellas. Sasha, mi perro, las aceptó de muy buen
grado. De hecho en esgtas ocasiones aflora más que nunca la nobleza de su carácter y su generosida. ¿quieren ocupar mi cama? De acuerdo. ¿Quieren probar mi comida? Adelante ...
Las gatas no las aceptaron tan bien: cada una reaccionó de manera diferente. A Mamá gata no le gustaba que corrieran tras ella así que se postó detrás de la puerta de entrada y una mañana cuando entraban les dio un buen zarpazo que sentó muy claramente las bases de su relación futura. Chaia, la otra gata, decidió que nadie la iba a expulsar de su sillón, de manera que se mantuvo firme pero adoptando una postura discreta para no llamar la atención. La hija de mamá gata, que es bastante tímida, optó por marchar por la mañana temprano y no regresar hasta la noche cuando anunciaba su retorno subiendo a la ventana para que se le abriera la puerta. Son un encanto pero, claro, sus movimientos tan rápidos y stacatto son completamente distintos de las cadencias fluidas de un collie barbudo que, incluso en sus momentos bulliciosos, es ritmico
Las gatas no las aceptaron tan bien: cada una reaccionó de manera diferente. A Mamá gata no le gustaba que corrieran tras ella así que se postó detrás de la puerta de entrada y una mañana cuando entraban les dio un buen zarpazo que sentó muy claramente las bases de su relación futura. Chaia, la otra gata, decidió que nadie la iba a expulsar de su sillón, de manera que se mantuvo firme pero adoptando una postura discreta para no llamar la atención. La hija de mamá gata, que es bastante tímida, optó por marchar por la mañana temprano y no regresar hasta la noche cuando anunciaba su retorno subiendo a la ventana para que se le abriera la puerta. Son un encanto pero, claro, sus movimientos tan rápidos y stacatto son completamente distintos de las cadencias fluidas de un collie barbudo que, incluso en sus momentos bulliciosos, es ritmico
Todo iba encaminándose
bastante bien hasta que sobre el cuarto día después de su llegada me di cuenta
de que a Miranda, la hija, le estaba empezando el celo. ¡Cielos! Creíamos que
estaban esterilizadas. Ahora
comprendimos por qué la perra de la otra señora se había alterado tanto. De
hecho Sasha se había mostrado bastante interesado desde su llegada pero pensé
que simplemente se trataba de que eran nuevas y había que investigarlas. ¡Pero
no!
Así empezó una semana
colmada de estrés, tanto para Sasha como para mí - sola en casa intentando
manejar la situación con las gatas, una perra en celo y un macho abrumado por
los olores que lo rodeaban.
Contacté de inmediato con
su veterinaria para concertar cita para la operación de Mamá, Ophelia. Me
informo que tenía un soplo que, aunque asintomático, estaba ahí - un factor de
riesgo considerable. La cirugía sería el
lunes. El domingo por la noche vi que
Sasha empezaba a estar muy interesada en ella y a la mañana siguiente vi una
manchita de sangre. La veterinaria, una mujer magnífica, que ofrece, además de
la medicina alopática, toda una gama de terapias alternativas, era reacia a intervenir
pero, dadas las circunstancias, optó por ir adelante. Afortunadamente salió todo bien y Ophelia se
está recuperando a marchas forzadas.
Ese mismo día la
veterinaria se convirtió en mi ángel de la guarda porque se ofreció a tener a
Miranda en su casa hasta que se le acabase el celo ya que su perra también
estaba en celo en estos días.
A pesar de todo el
estrés, esta situación me brindó la oportundiad de comprobar una vez más la eficacia
de las terapias, tanto de TTouch como de la zoofarmacognosis.
Cuando llegaron a la casa
Ophelia empezó a tomar hipérico (40ml al día) y además elegían las dos aceite
esencial de neroli y de mimosa.
Los primeros días les
puse a todos los tres un medio vendaje que ayudó a tranquilizarlos. También recibieron su sesión de TTouch. Se notaban puntos calientes en las orejas, y
con el comienzo del celo y después de la cirugía calor en la zona lumbar y
sacral.
Miranda también elegía
neroli y mimosa además de sándalo (Es sensible a los ruidos) e incienso (Es bastante
miedosa). Con el comienzo del celo eligió rosa, tanto otto como absoluto, geranio
y salvia sclarea - una seleciión muy clara y contundente. También eligió
vainilla y se durmió profundamente con unos ronquidos sonoros.
La noche después de la
cirugía Ophelia eligió abedul y gaulteria porque seguramente sentía alguna molestia
y posiblemente con algún dolor. Después
eligió mimosa (Hay que tener en cuenta que falta su hija de la cual no se había
separado nunca). Desde la intervención
quirúrgica no ha querido tomar más hipérico. Esta mañana vi alguna mancha de
suero donde había dormido así que eché aceite esencial de aquilea sobre la
herida que está sana y limpia.
Los olores
contradictorios que emanaban de Ophelia tras la operación ya empiezan a remitir
con lo cual Sasha puede encontrar de nuevo su tranquilidad. Seguramente habrá
algún revuelo cuando vuelva Miranda, pero con la ayuda de TTouch y zoofarma se
encontrará la tranquilidad de nuevo.
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