Hace algún tiempo había sugerido la posibilidad de dar una pequeña introducción a TTouch, y este año, mediante los buenos oficios de una amiga que es amiga del refugio, fructificó la idea y catorce voluntarios llegaron después del trabajo para pasar una tarde explorando TTouch. Trajeron 6 perros. El taller duró unas 3 horas por lo que hubo la posibilidad de repasar los tres pilares prácticos del Método TTouch.
Zorrito es ciego y tiene doble hernia discal. Desde la zona lumbar su espalda viraba hacia la izquierda y las patas traseras estaban muy abiertas formando casi una "A". Aceptó los TTouches pero el cambio más notable se produjo cuando se aplicó un vendaje. Los voluntarios aprendieron a poner un simple medio vendaje. Siempre advierto a las personas que asisten a los talleres que no deben esperar milagros instantáneos sino que el trabajo de TTouch requiere paciencia y perseverancia. En el caso de Zorrito, sin embargo, no fue así. En cuanto se puso el vendaje, se alineó la columna y las patas traseras se juntaron hasta que salían directamente de la cuenca de la cadera.
Luego llegó el premio psicológico. Debido a su ceguera y posiblemente a su condición física, antes de que se le pusiera la venda, Zorrito no estaba dispuesto a salir de entre las piernas de su cuidador. Con la venda puesta, empezó a explorar la sala y más tarde fue capaz de negociar el laberinto y las superficies con tranquilidad.
Cuando llegó Blin Blin llamó la atención de todos porque temblaba como una hoja. Tenía un repertorio amplio de señales de calma y las usó en abundancia. Como daba tanta pena a los participantes, muchos querían practicar sus nuevos conocimientos de trabajo corporal con él, pero tanta atención simplemente lo desbordaba, así que les pedí que trabajaran con Samsón e Isaura que estaban más relajados. Una vez solos en un rincón, Blin Blin
permitió que Alejandra hiciese algunos movimientos circulares por todo el cuerpo.


Normalmente Albert se desplaza con el uso de unas ruedecitas, pero está lleno de vida y dispuesta a todo. La experiencia más interesante con él fue que pudo ponerse de pie y soportar peso sobre las patas traseras cuando caminó sobre ciertas superficies, notablemente el pasto artificial.
Otro caso interesante fue el de Balti, un pequinés que también había sufrido parálisis posterior tras un accidente. Ahora puede caminar de nuevo pero de vez en cuando le fallan las patas traseras y hay que ayudarlo a levantarse de nuevo. Una vez más el vendaje fue la clave y Balti nos enseñó la gran diferencia que pueden producir los pequeños cambios. Cuando se puso el medio vandaje, Balti no quería caminar. Sin embargo, cuando se llevó la parte posterior del vendaje más hacia atrás, se levantó y se puso a andar. Parece que el vendaje le llamó la atención del sistema nervioso a esa zona del cuerpo.

La breve sesión de trabajo de pista nos dio la oportunidad de demostrar y practicar la técnica de la correa de equilibrio. Con unos 750 perros en el refugio en la actualidad y un presupuesto limitado, es poco probable que el refugio pueda comprar arneses y correas, así que la correa de equilibrio es una alternativa más que viable. A pesar de la brevedad de la sesión, los voluntarios pudieron darse cuenta de que esto es una herrramienta muy valiosa que podrán utilizar porque el refugio goza de una amplia base de voluntarios y consiguen sacar a los perros a pasear. Esta técnica debería permitir que ayuden a los perros a conseguir un mejor equilibrio físico que a su vez ejercerá una influencia positiva sobre el bienestar emocional de los animales del refugio.

© Mary J. Rodriguez 2013
Tengo una perra (entre otros) cruza de setter de 14 años y tiene problema s con las patas posteriores consegui bendas pero no encuentro algo que me explique como ponerlas, alguien me puede ayudar?
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