"La reactividad nace de la
ansiedad, que a su vez nace de una
sensación de incertidumbre acerca de alguna cosa. La reactividad es una estrategia
para recabar información. Un perro reactivo se abalanzará hacia algo o alguien
acerca del cual se siente inseguro: ladra, se abalanza, gruñe y monta una
escena muy vistosa. A veces la gente percibe la reactividad como agresividad,
pero un perro reactivo no se abalanza para hacer daño; está intentando evaluar
el nivel de la amenaza que presenta una determinada situación. Su estrategia de
evaluación se intensifica porque le entra pánico a medida que la adrenalina
circula por el cuerpo. Si un perro reactivo aprende a ser más confiado respecto
de una determinada cosa, le preocupará menos y, por consiguiente, reaccionará
menos ante ese estímulo. Algunas personas perciben el comportamiento reactivo
como "dominante" porque consideran que un perro se altera ante
esos estímulos lo quiere controlar todo. No es así en absoluto. Los perros
reactivos son ansiosos, y su respuesta es intensa porque les ha entrado pánico.
Por lo tanto, las estructuras
claras son absolutamente imprescindibles para los perros ansiosos. Necesitan
saber qué es lo que va a ocurrir después, y necesitan saber que están a salvo.
Si se ignora este comportmiento (o si se trata de forma inadecuada mediante el
castigo físico), la reactividad puede escalar hacia la agresividad. Gran parte,
aunque no toda, la agresividad está relacionada con la ansiedad. La reactividad
y la agresividad debido a la ansiedad son simplemente diferentes niveles de respuesta
ante una situación estresante. La agresividad basada en la ansiedad ocurrirá
cuando el perro se encuentra en una situación que lo desborda. En estos casos la ansiedad empuja el perro
hacia el siguiente nivel de respuesta."
Leslie McDevitt "Control Unleashed"
p.25