Es realmente magnífico cuando los participantes en un taller reconocen el valor práctico de lo que han aprendido a lo largo del día. Ayer todos los perros participantes eran adoptados de refugios locales, y todos ellos padecían alguna secuela de las experiencias vitales que habían tenido. Sin embargo, al cabo del día, todos ellos demostraban alguna mejora. Después del taller Canela, una perrita labrador, de una timidez extrema a la que le daba pánico viajar en el coche, se subió de forma voluntaria al coche. Su amo, que siempre había tenido que "forzarla" a subir al coche, estaba encantado. ¿Cómo es que unos vendajes y una sesión de terapia corporal puede obrar semejante cambio? Éste es el milagro de TTouch.
El testimonio de una de los participantes refleja el sentir general:
"¡Un taller magnífico! Creo que he aprendido más aquí que en ningún otro taller o clase! (Sue McPhee, abril 2011)